Seleccionar página

Es fácil priorizar los proyectos que tienen plazos, si sabes exactamente cuando se deben cumplir. 

Pero, ¿cómo motivas cuando un proyecto no tiene una fecha límite? 

Intenta inventarte una! 

Escoge una fecha para la que quieras que el trabajo esté terminado, o reserva una cierta cantidad de tiempo para ello cada día o semana. 

También puedes crear una responsabilidad al insinuar una presión positiva de los compañeros. Dile a un colega cuál es tu fecha límite (aunque la hayas elegido tú), y envíale actualizaciones regularmente. 

Para una motivación adicional, incentívate a ti mismo. Por ejemplo, puedes decidir que después de pasar una mañana en el proyecto, te «invitarás a almorzar». O podrías dejarte trabajar en tu cafetería favorita, siempre y cuando termines el siguiente paso del proyecto. 

Si esos incentivos no son lo suficientemente poderosos, prueba con las penalizaciones. Decide que si no completas la tarea como lo planeaste, no podrás escuchar tu podcast favorito o ver tu programa de TV favorito esta noche.

La creación de fechas límite ficticias implican responsabilidad de tu parte ya que puedes estar cambiando radicalmente el esquema de prioridades del resto de tus proyectos ó los de tus colaboradores y eso no necesariamente puede ser más productivo.  Por lo tanto, asegúrate de estar enterado del inventario completo de asuntos y determinar si es prudente asignar una fecha determinada o asignar una fecha del todo.

Eso es parte de ser líder …