Seleccionar página

James G. March, profesor de Stanford Business School , y un pionero de la teoría organizacional, a menudo usa el ejemplo de Don Quijote para enseñar sobre el liderazgo.

March cree que Don Quijote – un ficticio «cruzado por la justicia»  – encarna tres facetas de un líder.

1.- Los líderes necesitan ingenio, así que, como Don Quijote, deberían poder ver más allá de la realidad inmediata. El ingenio es producto de generar espacio en sus mentes para desarrollar la perspectiva.

2.- Al igual que Don Quijote, los líderes necesitan pasión para alcanzar sus objetivos a pesar de los obstáculos. Don Quijote tenía una nobleza inherente y consideraba que los deberes de un caballero eran una obligación solemne, independientemente de sus posibilidades de éxito.  . Esa pasión debe llevar al lider a entender que NO HAY PROBLEMAS; HAY PROYECTOS.

3.- Finalmente, si los líderes fallan, no deben permitir que el fracaso los desenfoquen. Ese espíritu conduce un dignoy efectivo liderazgo.  Las fallas no son más que confirmación de la altura de los retos que ha asumido.  Con la herramientas correctas, volver encima de la ola que le tumbo, resulta fácil, retardor y confirma la capacidad de liderazgo de quien lo asume.