¿Quién te crees que eres? Marshall Goldsmith
Tómate tu tiempo. No se trata de un test con una única respuesta correcta. Y es muy importante porque la forma en que te definas a ti mismo influirá en el éxito que tengas en tu trabajo, en lo buen amigo, compañero o padre que seas, e incluso en lo feliz que seas en la vida. Responder a esta pregunta, tomar conciencia de tu identidad, de quién crees que eres y de cómo coincide (o no) con quién quieres ser, podría ser el comienzo de un cambio de comportamiento que podría alterar tu vida de formas inimaginablemente maravillosas.
La identidad es un tema complicado. Es posible que te sientas inclinado a mirar hacia el pasado en busca de acontecimientos importantes, triunfos memorables o desastres dolorosos para responder a la pregunta. Puedes confiar en el testimonio de los demás, en la crítica positiva de un jefe o un profesor, en la aprobación de tus padres sobre tu energía y destreza en determinadas áreas. O puedes proyectarte en el futuro definiéndote a tí mismo en función de lo que quieres ser o de lo que otros te han dicho que serás, en lugar de lo que realmente es. Todo esto es importante, porque constituye la esencia de lo que eres.
¿Cómo sabemos quiénes somos? Nuestras identidades se recuerdan, se reflejan, se programan y se crean. Estas cuatro fuentes de nuestra identidad pueden definirse así:
1) Identidad recordada: ¿Cómo sabes quién eres? Porque recuerdas los acontecimientos de tu vida que ayudaron a formar tu sentido del yo. No es tan importante que a veces sean momentos poco gloriosos o eventos que preferirías borrar; no puedes olvidar estas piedras de toque, buenas o malas. Para bien o para mal, han dejado un impacto, y cuando escribes un perfil de ti mismo, estos momentos inevitablemente se reportan.
2) Identidad reflejada: ¿Qué te dicen terceras personas sobre lo que recuerdan de ti? Otras personas recuerdan acontecimientos de tu pasado y te los recuerdan, a veces constantemente. Una cosa es que el ejecutivo admita un mal seguimiento. Pero si su jefe, su socio o sus clientes le dicen lo mismo, eso refuerza la imagen que ya tiene de sí mismo. Es posible que conozcas esto como retroalimentación. La retroalimentación de los demás es la forma en que damos forma a nuestra identidad reflejada.
3) Identidad programada: ¿Qué mensaje te transmite la gente sobre quién eres hoy o quién serás en el futuro? Tu identidad programada tiene muchas fuentes. Puede estar influenciada por la profesión a la que te dedicas, por la cultura en la que te has criado, por la empresa en la que trabajas, por todo el sector en el que trabajas o por las personas que eliges como amigos de confianza. Cada uno de estos factores puede moldear la opinión que tienes de ti mismo, algunos de ellos de forma más intensa de lo que crees.
4) Identidad creada: ¿Quién quieres ser? Nuestra identidad creada es la identidad que decidimos crear para nosotros mismos. Es la parte de nuestra identidad que no está controlada por nuestro pasado o por otras personas. Las personas más exitosas que he conocido han creado identidades para convertirse en los seres humanos que eligieron ser, sin ser esclavos del pasado o de otras personas.
Ahora que tienes una comprensión básica de la identidad, mi sugerencia es sencilla. Revisa los distintos componentes de tu identidad actual. ¿Dónde se originaron? ¿Cómo influyen en cómo te ves a ti mismo hoy y en quién te gustaría ser en el futuro?
Si tu identidad actual te parece bien, trabaja para convertirte en una versión aún mejor de lo que eres. Si quieres hacer un cambio en tu identidad, estate abierto al hecho de que puedes ser capaz de cambiar más de lo que originalmente creías que podías.
Asumiendo que no tienes limitaciones «inmutables», entonces tú puedes crear una nueva identidad para tu futuro sin sacrificar tu pasado.
Así que te lo vuelvo a pedir. Piénsalo un poco.
¿Quién crees que eres?